El Adobe Audition en la selección del Timbrado

 

De las múltiples utilidades que el programa Adobe Audition proporciona a los canaricultores de canto, tal vez la más importante sea la de servir como herramienta fundamental en la apreciación de características muy difíciles o imposibles de constatar en la audición de los canarios en directo pero que pueden tener una gran relevancia a la hora de seleccionar los ejemplares más aptos para la cría. En este artículo trataré de exponer supuestos prácticos de esta forma de selección centrados en un sonido, la llamada "ch", considerado por casi todos como negativo e incluso incorporado dentro de las faltas en la reciente reforma del Código realizada por la FECC.

Los sonogramas se vienen utilizando desde hace tiempo en el estudio de la fonación humana hasta el punto de que la práctica totalidad de los idiomas, con sus múltiples sonidos, están perfectamente "cartografiados" en sonogramas, de lo que se ocupa la disciplina conocida como "Fonética Acústica". Un principio básico en esta materia es que los distintos sonidos pueden identificarse en los gráficos por la forma que en éstos adoptan, es decir, por cómo se distribuyen las frecuencias. Por ejemplo, todas las fonaciones de la vocal "a" serán significativamente similares, si bien diferirán levemente en función de la consonante que acompañe a la vocal.

 

 

Algo similar ocurre en el empleo de los sonogramas para estudiar el canto de las aves. Así, por ejemplo, todos los sonidos "ch" tienen una forma parecida, sean éstos emitidos por canarios, verderones o pardillos. Veamos un sonido a "ch" típico, emitido por un canario silvestre.

 

 

 

En la imagen observamos la estructura típica que la "ch" nos muestra en los sonogramas: líneas oblicuas que se inician siempre en frecuencias agudas y pueden llegar a alcanzar medio-bajas, con una inclinación de alrededor de 45º, de manera que la sonoridad a "ch" disminuye al acercarse dichas líneas a la horizontal o a la vertical. Esta estructura se nos muestra nítida e inequívocamente en "chs" de las que todos reconocemos sin nesesidad de análisis, los típicos "chi-chi", "chau-chau" o "chac-chac-chac", generalmente castigados como estridencias. Pero existen otras muchas "chs" no tan marcadas y cuya apreciación es más complicada pues los canarios "las disfrazan" de distintas formas. Cabe discutir si estas "chs" disimuladas deben ser o no penalizadas como falta pero lo que parece claro es que son sonoridades mejorables desde un punto de vista musical: siempre sonará mejor un "ti-ti-ti" o un "li-li-li" que un "chí-chi-chi", por muy disimulado que este último esté.  A continuación mostramos una de esas "ch" que pueden pasar desapercibidas en una audición de un canario en directo, seguido de la misma nota a la que se ha amplificado únicamente el componente a "ch" para resaltarlo. Vemos como, en el gráfico, la estructura a "ch" se acerca más a la vertical y además se interrumpe antes de llegar a las frecuencias medio-graves, de ahí que su resonancia a "ch" sea menor que en el primer ejemplo.

 

 

 

Así pues, el programa Adobe Audition nos ayuda a localizar defectos en el canto de una manera más eficiente que con la simple audición. Puestos a seleccionar reproductores, por ejemplo, obviamente preferiremos los que tienen un canto exento de toda falta o defecto. Ante la duda de si un determinado giro tiene o no una cierta resonancia a "ch" el programa nos aclarará si la estructura de "ch" aparece en el sonograma o si se trata de alguna otra sonoridad mucho menos peligrosa. Aunque la resonancia a "ch" sea débil corremos un riesgo importante si criamos con ejemplares que la manifiestan en muchos giros de su repertorio, pues es posible que se trate de una predisposición genética que puede exacerbarse y convertirse en falta en sus descendientes. Pero, aún más, mediante el programa podemos detectar giros que, en sí, no tienen resonancia alguna a "ch" pero sí su estructura, lo que también conlleva un cierto peligro. Veamos un ejemplo:

 

 

 

La grabación, que se corresponde con el gráfico mostrado, recoge el giro de un Timbrado integrado por tres componentes. En el sonograma observamos que el componente que se desarrolla en las frecuencias graves tiene estructura de "ch" pese a lo cual no existe apreciación alguna de este sonido, tal y como queda bien de manifiesto al eliminar los otros dos componentes. Esto se debe a que dicho elemento se inicia ya en frecuencias medio-bajas y no en las agudas. Junto con la estructura oblicua, el empezar a desarrollarse en frecuencias agudas es un requisito imprescindible para que aparezca sonoridad a "ch". Muy probablemente esta fue una de las razones que llevaron a los canaricultores alemanes de los S. XVIII y XIX a centrarse en las frecuencias graves, siempre exentas de "ch", y también la explicación de la supuesta tendencia de los Timbrados más metálicos a desarrollar "ch": el metal generalmente se expresa en frecuencias agudas o medias mientras que las aguas siempre lo hacen en las graves. Volviendo al giro que utilizamos como ejemplo, la sonoridad a "ch" aparece, como por encanto, al elevar el tono del componente con esta estructura característica.  Así pues, haremos bien en sospechar de ejemplares que, sin manifestar en su canto sonoridad a "ch", abundan  de registros graves con esta estructura apreciable en los sonogramas pues, una vez más, puede señalarnos una tendencia genética que en cualquier cruce puede desarrollarse como "ch" estridente.

 


 

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